Nadie que haya
pisado Nápoles puede negar la especialidad de la ciudad partenopea y de sus
gentes. Uno de los elementos configuradores de su especialidad es la existencia
de una cierta pulsión diferenciadora respecto del resto de Italia, sobre todo
del Norte. Obviamente, no es objeto de esta entrada hacer análisis político ni
económico del momento relacional que vive la capital de Campania con el resto
de la República Italiana, pero sí ahondar en un aspecto que, aunque sea
accidentalmente, tiene su origen en la meritada pulsión.
En septiembre de
2018, el alcalde de Nápoles anunció a través de Facebook una iniciativa del
gobierno orientada a la creación de una criptomoneda de uso local. La
iniciativa quedó formalizada a través de ley municipal en octubre de 2018 y,
desde entonces, el ayuntamiento ha dirigido importantes esfuerzos a la
configuración del escenario de implantación de la criptomoneda.
Es cierto que el
caso de Nápoles no es un caso aislado. Tenemos los ejemplos de Irán, Rusia o
Islas Marshall; pero sí es el primer caso en el que se están planteando ensayos
reales dirigidos a una implantación seria del uso de una criptomoneda a nivel
local basados en una conformación e implantación de una estructura blockchain
en una administración europea.
Así, en la
propia página del Ayuntamiento de Nápoles, se convocó para el próximo 12 de
junio a aquellos comercios de la ciudad interesados en participar en el primer
escenario de prueba de la criptomoneda (que aún carece de nombre, pues se
determinará dependiendo de los resultados de una votación local de carácter
digital).
Aún se ignora el
tipo de blockchain en la que se basará la nueva criptomoneda, y también el tipo
de token que conformará a la misma, pero sí se prevé que en la fase de
lanzamiento se trate de un token más destinado a la utilidad que al medio de
pago para que, en una segunda fase, estos tokens sean cambiados por el sistema
definitivo de intercambio que, además, se basará en un sistema de intercambio
con otras criptodivisas.
Lo cierto es que
una ciudad como Nápoles parece un escenario perfecto para una prueba como la
que está planeada y ellos por varios aspectos: primero por ser una ciudad con
una red comercial basada en el pequeño comercio. En segundo lugar, por su
enorme proyección turística y, en tercer lugar, porque el proyecto se encuentra
respaldado por una administración que se muestra decidida a implementar, según
afirma, medidas radicales de transparencia y trazabilidad de los fondos
públicos.
Por todas estas
razones, será importante hacer un seguimiento a las vicisitudes derivadas del
uso de la criptomoneda napolitana, seguimiento que nos comprometemos a hacer en
próximas entradas de este blog. Les dejo a ustedes la posibilidad de ir
proponiendo nombres para la nueva moneda. Nosotros ya hemos hecho nuestra propuesta: il Maradono.
Octavio Gil Tamayo
Abogado
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