En
anteriores entradas hemos hecho un seguimiento a la propuesta de Facebook de
crear una criptomoneda llamada Libra, para lo cual creó la plataforma Calibra y
respaldó todo el proyecto en un conjunto de compañías que inicialmente formaron
la Asociación Libra. Como ya hemos tratado con anterioridad, dicho proyecto ha
ido enfrentándose a grandes dificultades, la mayoría de ellas como consecuencia
de las suspicacias (debidas y lógicas) de las instituciones y organismos económicos y financieros
tanto nacionales como internacionales.
Sin
embargo, el proyecto se basaba (que hablemos en pasado no implica que pensemos
que Libra ha muerto, sino que el proyecto original parece inalcanzable en las
actuales circunstancias) en algunas premisas muy interesantes, entre ellas el
hecho de concebir la nueva criptomoneda como una moneda estable (stablecoin). Como ya anticipamos, una
criptomoneda estable es aquella cuyo valor en el mercado se basa en el valor de
valores o monedas tradicionales fuertes (fiat), de modo que este respaldo en
valores seguros ayuda a reducir su volatilidad y, por lo tanto, a reconducirla
más al concepto de medio de pago que al bien objeto de especulación. La especulación sobre
medios de pago ha sido una de las constantes inquietudes de las instituciones
financieras en todo lo referente a criptomonedas.
Es
por ello, que hoy nos hacemos eco de las declaraciones de la Presidente del
Banco Central Europeo –BCE- (y expresidente del Fondo Monetario Internacional –FMI-)
Christine Lagarde, sobre el papel de los bancos centrales en relación con las
criptomonedas. En un tuit de las 9.39 de la mañana del día 12 de diciembre, la
cuenta del Banco Central Europeo recogió unas declaraciones de Lagarde en las
que venía a decir que si bien, no tanto en el sector del Bitcoin, sino en el de
las monedas estables, han de estar en la vanguardia, con el objeto de dar respuesta
a una demanda que realmente existe.
Obviamente,
el debate sobre las criptomonedas no es una novedad en la sede del BCE, pero lo
cierto es que el paso dado por Facebook con Libra lo ha acelerado; lo ha
colocado en la agenda. El debate recoge los pros y contras de la emisión de
una stablecoin que son muchos y
complejos, pero hasta ahora, el BCE no había mostrado determinación en ponerse
a la cabeza del asunto, toda vez que los ministros de economía de los países miembros
habían concluido, con relación a las monedas digitales privadas, que no serían
admitidas en la Unión hasta que los riesgos de las mismas no hayan sido claramente
definidos.
Por
supuesto, lo interesante de estas declaraciones no es solo que las haya emitido
la Presidente del Banco Central Europeo, sino que la misma persona (física) ya
hubiese opinado sobre el asunto cuando era Presidente del Fondo Monetario
Internacional, y que este hecho parece indicar una cierta tendencia en las
opiniones de la persona. Aún en el FMI vino la Señora Lagarde a decir que las
monedas estables podrían aportar beneficios significativos a clientes y a la
sociedad, pero que no estaban exentas de riesgos. Asimismo, el FMI afirmó que,
en ese aspecto, lo bancos podrían llegar a perder su papel como intermediarios,
ya que el público cambiaría a proveedores de monedas estables, si bien los
bancos no desaparecerían porque probablemente intentarían competir
desarrollando innovaciones propias.
Pues
bien, el debate está servido y tiene a la cabeza a alguien dispuesto a
afrontarlo y poner al frente de la discusión a la entidad que preside.
Estaremos pendientes.
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